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domingo, 29 de abril de 2018

Pasaje de Doré.

La calle debe su nombre al cine que ha perdurado a lo largo de los años azarosos de finales del XX, en el que desaparecieron la inmensa mayoría de cines de sesión continúa y de reestreno de Madrid. El cine, hoy Filmoteca Nacional, tiene su entrada por la calle de Santa Isabel. 

Creo que el Pasaje de Doré debe su nombre a este cine. Desde 1934 lleva el oficial dado por el Ayuntamiento. Según Luis Miguel Aparisi Laporta y  debe su nombre al famoso ilustrador francés. Si bien es verdad que el pasaje era conocido desde 1918 por este nombre, quizá provenga del cine antes de la oficialidad del 34. La calle  es perpendicular a la calle de Atocha y a Santa Isabel.
En la imagen  te dejo su ubicación con el cine y el pesaje a la derecha. 
La placa de cerámica con el nombre de pasaje de Doré hace referencia al ilustrador francés alsaciano, del siglo XIX. Si nos fijamos en el nombre del cine, nos podría hacer pensar que se refiere al mismo personaje. Pero nada más lejos y no tiene que ver  con el famoso ilustrador, como veremos más tarde.

Cuando yo era pequeño, solía acudir los días festivos a éstos cines de barrio. En concreto a éste  le conocíamos por el sobrenombre del "Palacio de las pipas". Las películas que solían poner eran bastante antiguas y mediocres por no decir malas, de aquí la rima que se hizo popular en el barrio:


                           "En el cine Doré entra uno y salen tres".

Pero sigamos con la verdadera historia de este pasaje comercial del Doré, que debe su nombre al cine con entrada por la calle de Santa Isabel. 



Las  primeras salas de cine, que se abrieron en Madrid, en su origen tenían otros usos. Eran barracas, parecidas a las de feria del pasado siglo. Las construcciones eran muy efímeras. Su principal uso fue la de tearto de variedades e incluso salones de baile. No podía ser de otra forma la de la sede de la actual Filmoteca Nacional. Su nombre, por tanto, no hace referencia al artista Gustavo Doré. 

A pesar de que Gustavo Doré, visita España y en concreto Madrid, acompañando a su paisano el escritor Barón Daviller.  Doré ilustró una edición francesa de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes, partiendo de su experiencia vital en la geografía española. Dado que el nacimiento de la mayor obra de la literatura mundial vio sus primeros días en este barrio, primero en la calle de Atocha, en la imprenta de Juan de la Cuesta, casi en frente y un poco más abajo y más tarde, tras su traslado a la calle paralela al pasaje de Doré, la de San Eugenio, ahora regentada por su viuda María de Quiñones. Si  interesa un poco más la historia de la imprenta, te animo a visitar el enlace de Carlos Osorio.
El cine y como consecuencia, el pasaje, debe su nombre a su antigua utilización de sala de variedades que llevaba el nombre de las dos primeras notas de la escala musical. Otro gallo cantaría, y nunca mejor traída esta frase, si el primitivo teatro se hubiera llamado DO-RE-MI, no hubiera habido lugar a la equivocación.


 Esta argumentación está avalada por la fotografía de Urech de 1964 en el que aparece la sala con el nombre verdadero DO-RE.
A lo largo de los años el nombre se transforma hasta el actual, como puede apreciarse en las fotografías posteriores, aquí aparece sin guión y transformada en palabra aguda, por tanto con acento en la última vocal.



2 comentarios:

  1. Gracias por la información, amigo. Había habido una sala de variedades en la calle de Atocha ¿Sabes algo de eso?

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    1. No, ni he leido nada sobre la sala de variedades que dices.

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