El de la mula torda

El de la mula torda
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domingo, 17 de abril de 2016

Rodrigo Calderón.

Hoy os voy a contar una pequeña historia sobre don Rodrigo Calderón, que entre otras muchas riquezas, se hizo con los pagos de San Martín de Valdeiglesias.
La historia comienza en el año de 1567, la provincia del Imperio Español, Flandes, ardía por los cuatro costados. Se había sublevado a la autoridad del monarca español Felipe II. El Duque de Alba marcha a sofocar el levantamiento con los tercios españoles. Orgullosamente los tercios se hacían llamar por el nombre de su comandante, tercio de Sancho Londoño, tercio de don Lope de Figueroa, tercio de Bracamonte...

En el bajorrelieve en bronce del monumento a Calderón de la Barca en la madrileña plaza de Santa Ana, que reproduce el elenco de personajes del "Alcalde de Zalamea", aparece  Lope de Figueroa con su porte marcial, apoyado en un bastón de maestre de campo y a la izquierda de Felipe II.
Entre los oficiales que mandaban los tercios estaba Francisco Calderón, natural de Valladolid que había sido nombrado capitan por las heroicidades en las guerras de Italia.
Francisco tenía vistosa hechura, vivaracho, gallardo y elegante. Llevaba sobre su coleto la banda de seda roja de capitán. Chambergo sobre su cabeza con plumas de color grana  y gualda, a la cintura y colgando de la bandolera el acero toledano.
El capitán se llevaba tras de sí a todas las mozas casaderas tanto flamencas como españolas.
Calderón conoció a una hispano flamenca, María Aranda de Sandelín, de la que se enamoró tan apasionadamente que antes de pasar por el altar tuvo un retoño, un "hijo de ganancia". Con el matrimonio "in face, Eclessiae", fue bautizado con el nombre de Rodrigo. Con pocos años, Rodrigo, quedó huérfano de madre. El padre y el hijo dejaron Flandes y se instalaron en Valladolid. con 15 años Rodrigo entra de paje al servicio del marqués de Dénia, que con fecha de11 de noviembre de 1599, es promovido a Duque de Lerma y covertido en Privado y ministro universal de Felipe III. Todo esto le vino de perlas a Rodrigo.
Años más tarde y con motivo de ejercer una mayor influencia sobre el monarca, consiguió, el duque de Lerma, el nombramiento de ayuda de cámara para Rodrigo. 
Retrato de Rodrigo calderón por Rubens, hacia 1612.

Poco a poco se va haciendo con honores, consigue entrar en la orden de Santiago. El duque de Lerma interviene para que Rodrigo Calderón se case con una dama de alta alcurnia, mayor que él, doña Inés de Vargas, con lo que Rodrigo consigue la aceptación de los cortesanos. En la corte se rumoreaba que Inés era la querida del duque de Lerma, y que obliga a su amigo a casarse para poder tener a su amante en la corte y lo más próximo a él. Sea como fuera el rey concede a Rodrigo Calderón el título de Conde de la Oliva. Al quedar libre el puesto de Secretario de Estado, consigue ocuparlo, convirtiéndose en el segundo hombre más poderoso del imperio español.
Felipe III, el 13 de junio de 1614, le concede un nuevo título, marqués de Siete Iglesias. Ahora con su nuevo título era más igual a los otros nobles. Formo una alianza con el conde de Lemos y el duque de Lerma. Entre los tres acapararon toda la autoridad del imperio español.
conde de Lemos.

El conde de Lemos, Pedro Fernández de castro y Andrade, ocupo los siguientea cargos, Presidente del Consejo de Indias, Virrey de Nápoles y Presidente del Consejo Supremo de Italia.
Contra el valido, su secretario y su nieto se levantan los demás nobles con el objeto de derribar a estos. Habían acumulado gran cantidad de riquezas y poder. Se buscaron enemigos en todas parte, ya que daban malos tratos al resto de la nobleza y a los altos funcionarios.   Este fue el gran error de los tres, el menospreciar a la nobleza. Los nobles podían perdonar a Lemos y a Lerma, pero no así a Rodrigo, pues no era noble de cuna. Rodrigo procedía de una familia de simples hidalgos y llega al estamento nobiliario, no por servicios y hazañas militares y de
Duque de Lerma.
guerra, pero si por sevicios domésticos, y, según las malas lenguas, por ser el marido complaciente que cedía los favores de su mujer al duque de Lerma. En su puesto era el más orgulloso y siempre hacía esperar en la antesala cuando acudían a la secretaría del despacho a personajes como al Duque de Alba, o el del Infantado y al mismo señor de Medina Sidonia. Se decía en las crónicas de la época, que no devolvía las visitas que le hacían y demoraba el turno de los diferentes personajes que habían pedido audiencia con el rey, y adelantaba a unos o a otros dependiendo del pago de favores ya fuera en dinero, dádivas o joyas.
Duque de Uceda.

En oposición a estos tres personajes, se fue organizando el partido contrario, formado por el propio hijo del duque de Lerma, el llamado duque de Uceda, el Conde Duque de Olivares y el confesor del rey Luis de Aliaga.
La lucha entre ambos bandos fue descomunal, llegando a limites insotenibles mezclando los asuntos familiares que se entrelazaban con los políticos.
El padre de nuestro orgulloso protagonista, Francisco Calderón, ya anciano y sabedor que su hijo se estaba enriqueciendo de forma no muy honesta, abandonó las tierras de Valladolid y acudió a Madrid, con ánimo de reprender y aconsejar como padre a su hijo Rodrigo.
Conde - Duque de Olivares.
Cuando llegó a palacio, Rodrigo le recibió de pie y sin ofrecerle asiento preguntó.

- ¿ A qué se debe vuestra visita, padre?
- Hijo, he venido a ponerte en alerta, que hay mucha gente descontenta y que te quieren mal, y que te acusan  de que te enriqueces a costa de los que vienen a pedir audiencia. He venido a pedirte que estés atento, y que cambies de conducta, para evitar que las acusaciones te pierdan.
a Rodrigo no le gusto nada lo que su padre le dice, y mirándole fijamente y con voz temblorosa por el orgullo y la soberbia, contestó:
- Por ser mi padre os he tolerado estas palabras. Pero ni temo a mis enemigos ni aprecio en nada vuestras palabras. Y en adelante os prohibo que me visitéis. Y recordad que yo nací cuando mi madre, María Aranda, era soltera, y por vuestro matrimonio con ella
Fray Luis de Aliaga.
legitimasteis mi nacimiento, y esto es un acto jurídico que puedo invalidar y por tanto dejar de ser hijo vuestro. Podéis retiraros.

El padre bajo la cabeza, y pensó que no había dudas de cuanto se contaba de su hijo. Con los ojos húmedos salió del despacho y emprendió viaje a Valladolid y allí avergonzado y hundido por el dolor, se encerró en su casa, y ya no volvió a salir.
Por aquellos días circuló por los mentideros de Madrid un pasquín que había aparecido clavado en la puerta de la morada de Rodrigo Calderón, en la calle Ancha de San Bernardo, y en la fachada de San Felipe. Las letras corrieron como la pólvora por todos los rincones de Madrid.
" Cargos que han de hacerse  a Rodrigo Calderón, marqués de Siete Iglesias y a su protector y marido de su mujer, el duque de lerma: De haber hecho matar a la reina doña Margarita, por mediación de una ponzoña que le dio el doctor Mercado, a sabiendas del duque. De haber tomado dinero de la ciudad de Valladolid para llevar allí la Corte, de haber tomado después dinerosde esta Villa para volver a traerla a Madrid. De haber organizado por cuenta del duque una escuadra de barcos corsarios para asaltar a los barcosque se quedaban rezagados de la Flota de Indias. De haber tomado joyas del Tesoro Real para que las luciera s El duque de Lermaeu amante  María Quintanaen un sarao en Valladolid. De haber hecho matar secretamente  a Francisco Xuara porque no se supieran sus correspondencias con francia. De haber asesinado traicioneramente al alguacil de Corte Adustín de Ávila porque éste había descubiertosecretos faudes del duque de Lerma"
Esta denuncia anónima pero pública tenía tantas acusaciones que no se podía considerar como simples rumores. El duque de Uceda hizo llegar el pasquín al rey.
Su padre, más viejo en las lides de la política, se preparó una salida honrosa. Lerma había prestado muchos y valiosos servicios a la iglesia. Había fundado y costeado la erección de más de una treintena de conventos. Había defendido con las tropas españolas los derechos del papado contra Francia. Había levantado el estandarte de la cristiandad en las guerrascontra los protestantes de holanda y Flandes. Por tosos estos servicios prestados solicitó del papa que le honrase concediéndole el capelo caqrdenalicio. Paulo V concedió tal don al nieto de un santo.
Cuando llegó a la corte la orden con su nombramiento, Lerma se vistió con los ropajes de púrpura cardenalicia y despachó en palacio los asuntos reales. De esta forma había derrotado a su hijo y al Conde - Duque de Olivares, ya que siendo principe de la iglesia no era posible procersarle ni proceder contra él.
El pueblo madrileño, con esa capacidad que le caracteriza de improvisación sacó la siguiente letrilla:

Para no morir ahorcado
el mayor ladrón de España, 
                                      se vistió de colorado;

y se respondía con otra letrilla, que no por burlesca dejaba de ser peligrosamente amaenazodora.

 Pero queda otro ladrón,
el orgulloso y cornudo
don Rodrigo Calderón.



El 4 de octubre de 1618, cae el duque de Lerma. El rey, con el objeto de no mantener complicidad con sus secueces, Lemos y Rodrigo Calderón, le destierra a la villa de Lerma.
Dicen que cuando las barbas de tu vecino veas pelar ..., el de Lemos se adelanta a la situación y pide audiencia al rey. Expone en un panegírico sobre su persona, los servicios prestados, tanto en guerra como en paz, y pide licencia para establecerse en sus tierras gallegas.
Casa del Cordón.
Por aquel entonces, el monarca temía tanto a Galicia como a Portugal y se apresuró a conceder el favor al duque de Lemos, evitando los problemas con este territorio.
Rodrigo se queda solo, sus compinches han eludido el castigo real. el duque de Uceda y sus secuaces, se van apoderando de los despachos de los anteriores, el de Leos y el de Lerma. El 20 de febrero Felipe IV decreta la detención y encarcelamiento del marqués de Siete Iglesias.
 Rodrigo Calderón en el momento de su detención estaba en Valladolid y es llevado a la casa del Cordón, que era la carcel del momento.
Castillo de la Mota.
Pasaron unos días y es trasladado al castillo de la Mota en Medina del Campo, y de aquí al de Montánchez, en Cáceres. Todos sus bienes habían sido confiscados, y su familia había 
quedado en la ruina, depojados de sus palacios, la familia se alojo en las moradas de sus criados. La familia ya no tenía amigos, ya que ellos también podían ser acusados de traición.
Segun se puede ver en los legajos de este proceso, que se conservan en el Archivo de Simancas, los jueces fueron Francisco Contreras, Luis Salcedo y Diego Corral, el fiscal García pérez de Araciel, el secretario Pedro contreras y el escribano Lázaro de los Ríos.
Castillo de Montánchez.
La acusación que se hace sobre Rodrigo Calderón no es ninguna de las que circulaba en el pasquín mencionado anteriormente. Se le acusa, para aquellos años, insignicante, de haber mandado dar muerte a Francisco Xuara. Los jueces fueron añadiendo cada vez más acusaciones, entre ellas todas las del pasquín mencionado y también le achacaronhechizos y prácticas ridículas de brujeria.
Ya en Madridse formaliza el proceso y el 7 de enero de 1620, se formaliza el auto y se le acusa de:
1.- Haber practicado hechizos.
2.- Haber obtenido mediante engaños a su majestad de una cédula firmada por el rey, del perdón por haber intervenido en la muerte del aguacil Francisco Xuara.
3.- Haber mandado dar muerte al aguacil Agustín Ávila.
4.- Haber mandado dar muerte a los servidores del duque de lerma Eugenio Olbera y Antonio de Rojas.
5.- Haber convencido al Físico Mercadopara que diera muerte a la reina Margarita de Austria.


Con todos estos cargos en contra, y siguiendo la costumbre de la época, se le sometio a tortura para conseguir su declaración.
En el primer interrogatorio se le tendió sobre el potro, se le estiraron los brazos y las piernas hasta descoyuntar las extremidades. Después de este tormento se le aplicaron los cordeles o vueltas de mancuerdas. Se fijaron distintas cuerdas que se arrollaban como torniquetes independientes en diferentes partes del cuerpo. Sobre cada una el verdugo ejercía la presión que consideraba conveniente, al no confesar se le fueron colocando más mancuerdas. Al no confesar pasaron a la toca, el tormento del agua.

Se inmovilizó a Rodrigo sobre la mesa de madera y le colocaron una toca de lino en la boca, deslizándola hasta la garganta. Seguidamente, el verdugo, empezó a echar agua lentamente mediante jarras, produciendo en el reo una sesación de ahogamiento.
A pesar de la brutalidad de los diferentes martirios, Rodrigo nada más que confesó uno de los cinco cargos, el de haber hecho dar muerte a Francisco Xuara, negando todos los demás.
El tribunal dictó sentencia en los primeros días de octubre de 1621, Calderón será sacado de la carcel y llevado en mula al lugar del cadalso, donde se le degollará de la forma acostumbrada.
Rodrigo recibió visitas diarias de religiosos pera prepararse para bien morir. Durante estos momentos fueron admirables sus muestras de humildad. Escribió varias cartas de despedida a familiares, llenas de consideraciones morales y
Anónimo. Retrato de Rodrigo Calderón. 1624. 
piadosas. Pasó su última noche en oración. al amanecer del día 21 de octubre le sacaron de la carcel, le acompañó su confesor el padre Pedrosa, en el zaguán de la prisión le esperaba el verdugo, que le montó en una mula, y le ató las manos por delante y  los pies por debajo de la barriga del animal. en sus manos llevaba atado con una cinta un crucifijo que había pertenecido al emperador Carlos, que siempre había tenído en su oratorio particular yal que había tenido mucha devoción. 
La comitiva marchaba por la plaza de Santo Domingo, el reo iba  acompañado por por sesenta aguaciles a caballo y unos treinta a pie, para contener a la multitud. Todos ellos mandados por el aguacil de Corte don Pedro Mansilla. Seguidamente la comitiva emprendió rumbo a la Plaza Mayor, donde estana erigido el cadalso.
Al ser persona noble, el reo, el cadalso era alto, forrado de paño de luto negro,y provisto de dos escaleras de madera, una para que subiera el verdugo, más sencilla y pequeña, y la otra mayor, con alfombras negras, para que subiera el reo.
Siete de julio antes Amargura.
A Rodrigo Calderón se le habían quitado todos los títulos y honores pero a pesar de ello se le consideró, a pesar de todo, con el tratamiento de de señoríahasta el momento de su muerte y se le llevó por la Plaza de Herradores, a la calle Mayor, entrando por la Puerta de la Amargura, y no por la de Boteros, actual Felipe III, que eran por donde entraban los condenados de rango inferior. 
Se llamaba de esta forma por el último paseo que daban en su trayecto, los condenados a muerte, por esta calle amarga que conducía a su triste y definitivo final. Otros aluden a este nombre a la referencia histórica de la marcha de los soldados que salieron de esta calle con Alfonso XI, para la conquista de Algeciras. Los combatientes se despidieron de sus familias, madres, mujeres e hijos, quienes no pudieron evitar el llanto, los seres queridos, al partir hacia un futuro incierto.  
Llegaron ante el cadalso, el verdugo, Pedro de Soria, ayudó a  Rodrigo Calderón a apearse de la mula, y por lo débil y torpe que estaba de las piernas a causa del tormento, el padre Pedrosa le ayudó a subir la escalera. Sobre el patíbulo había una sillaen la que se sentó. El verdugo ató los pies a las patas de la silla, y sus brazos a los costados, para inmovilizarle. El reo protestó:
- ¿Qué haces amigo?
- ¡Señoría hago mi trabajo, lo que me han mandado! 
-Entonces cumple con tu obligación y obedece.
Seguidamente, el verdugo, le tapó la cabeza con una caperuza para que no se viera su semblante en el momento de morir. Al sentir el reo que le estaban atando cuerdas por el cuello, detrás de la cabeza, Rodrigo dio un grito:
- ¡No, no, por ahí no. Soy noble y tengo derecho a que me degüelles por delante, no por detrás!
-Sosegaos, señoría, que os estaba atando la caperuza.
El verdugo hizo una pausa y dijo:
- Os pido perdón, señor, por lo que voy a hacer, pero no es por voluntad mía, sino por la orden que tengo.
-Yo te perdono, amigo, y te doy gracias porque liberas mi alma para que Dios me recoja. Adios.
De entre la muchedumbre que estaba viendo la ejecución, se oyó una voz:
-¡Que Dios te dé una buena muerte, caballero!
El verdugopuso la mano izquierda sobre la frende de Rodrigo, para sujetar la cabeza, y con la diestrapasó el afilado cuchillopor el cuello, con un tajo rápido que abarcaba de oreja a oreja, seccionándole las dos carótidas y casi desprendió la cabeza del cuerpo. Un caño de sangre baño el patíbulo, salpicando a los espectadores más próximos.
El confesor, el padre pedrosa, le dió su última bendición y los Hermanos de la Paz y Caridad recogieron el cadaver, tras estar expuesto durante varias horas, poniéndolo en el ataud y trasladándole para darle sepultura a la iglesia del Carmen.
Años más tarde, sus restos fueron trasladados al convento de Porta Coeli en Valladolid.
Y de esta forma fue ajusticiado el Señor de San Martín de Valdeiglesias, Marqués de Siete Iglesias, Conde de la Oliva, Capitán de la Guardia Alemana, Secretario de Cámara del Rey Felipe III, Embajador plenipotenciario en los Paises Bajos.
 En 1984 el doctor Federico Carrascal realizó un estudio forense del cuerpo momificado de Rodrigo Calderón, dejando al descubierto las huellas de su tortura, dogollación y los rasgos físicos más relevantes. Parece ser que la degollación ejecutada al reo, supuso una perdida masiva de sangre, que tras su posterior inhumación sobre tierra, hicieron que el cuerpo se momificase de manera natural. Pocos años después se trasladaron los restos a Valladolid, conservándose en el mismo féretro que vino de Madrid. El arcón tiene poco más de metro y medio, por lo que las piernas fueron quebradas a la altura de la rodilla para poder introducirlo en el féretro.


Te dejo ete documento sonoro de Nieves Concostrina sobre el primer condenado en la Plaza Mayor.


Te dejo la entrevista  de SER Historia al autor del libro Rodrigo Calderón, la sombra de un valido, Santiago Martínez.



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