El de la mula torda

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jueves, 9 de abril de 2015

Ramiro II, conquistador de Madrid



Poco queda en Madrid del primer conquistador de la ciudad. Una calle de apenas cuatro números en la zona del Canal y una estatua en la plaza de Oriente,. Calle que nace en la avenida de Pablo Iglesias y muere en Bravo Murillo.  La reseña que hace Pedro de Repide, sobre esta calle, es muy escueta. " De la calle de Bravo Murillo a la de Gaztambide... Es una de las calles cuyo trazado se halla interrumpido por el Tercer Deposito de Aguas y por el Cementerio de San Martín. Lleva el nombre del monarca leones, sucesor de su hermano Alfonso IV, en el año 930. Fue el primer príncipe cristiano que que conquistó a Madrid del poder sarraceno; pero no pudo sostener su triunfo por carecer de gentes y de recursos para ello, y la dejó otra vez abandonada a los moros".
 Pero vamos a ver como era la situación de la España cristiana. En León reinaba su padre, Ordoño II. Ramiro nace en la ciudad portuguesa de Viseo hacia el año 900. Su niñez está marcada por los siguientes acontecimientos. En el 917 los leoneses vencen a Abderraman III en San Esteban de Gormaz. Un año más tarde se pierde parte de la Rioja, Arnedo y Calahorra, que son conquistadas por los Banu Qasi. En el 920, en la batalla de Valdejunquera, las tropas aliadas cristianas son derrotadas por los musulmanes, los obispos de Salamanca y de Tuy son hechos prisioneros. Al año siguiente muere su madre Munia Elvira. Un año más tarde, su padre se casa con Aragonta, el matrimonio no fue bien y al poco tiempo la reina consorte es repudiada. En 1923 se vuelve a casar con Sancha de Navarra, hija del rey Navarro Sancho I Garcés. Mediante esta alianza se recupera casi toda la Rioja a los sarracenos. En 924 muere su padre y el trono es ocupado por su hermano Fruela II, desplazando a los hijos de Ordoño II.
En el 925 tras un gobierno impopular y efímero muere de lepra Fruela II, provocando un problema sucesorio.

Por la hegemonía del trono luchan primos contra primos. Alfonso Froilaz, hijo de Fruela II, cuenta con el apoyo de los nobles asturianos; los hijos de Ordoño II, Sancho, Alfonso y Ramiro son respaldados por los nobles gallegos-portugueses y leoneses, contando también con el apoyo de Sancho I, rey de Navarra. De esta guerra fratricida, se proclaman vencedores los hijos de Ordoño II, que dividen el reino de León en tres reinos independientes.
Alfonso se proclama rey de León. En Galicia reinará Sancho. Ramiro se proclama rey de la zona comprendida entre los rios Miño y Mondego con la capital en Viseu
El rey Sancho de Galicia muere y este territorio se une con el de Ramiro II.
Al poco tiempo en el 931 muere su cuñada, su hermano Alfonso IV, cae enfermo de melancolía y se retira como monje al monasterio de
Sahagún, cediendo sus derechos a Ramiro II. Ramiro II marcha hacia Zamora con el objeto de formar un ejercito para socorrer al rey moro de Toledo, que le había pedido ayuda contra Abderraman III. Mientras tanto, Alfonso, inadaptado a la vida monacal, cuelga los hábitos y se subleva contra su hermano Ramiro.  Se proclama, nuevamente, rey de León en Simancas y se traslada a León para recuperar el resto del reino. Ramiro II se entera de las intenciones de su hermano y manda tropa al mando de su cuñado Flaín Díaz, quien aborta rápidamente la rebelión. Detiene a su hermano, y tras sacarle los ojos, le hace encerrar en el monasterio de San Julián de Ruiforco. Sus primos y a la cabeza Alfonso Froilaz, aprovechan la situación para hacerse proclamar heredero del trono de León. Ramiro se muestra inflexible y enérgico, persigue a sus primos hasta Oviedo, donde les derrota, sufriendo la misma suerte que Alfonso.

Estos problemas impidieron una ayuda correcta al rey moro de Toledo. El pequeño cuerpo de ejército castellano-leonés mandado, había sido desmantelado en las mismas puertas toledanas sin inquietar a los musulmanes sitiadores.
Ramiro II comienza una razzia, atacando a Talavera de la Reina y después la fortaleza de Magerit, la que es defendida fuertemente y al caer la guarnición fue pasada a cuchillo haciendo cautivos al resto de los pobladores.
La reacción de Abderramán no se hizo esperar y desde Medinaceli, el ejercito omeya, sitia Osma y San Esteban de Gormaz. Ramiro II acude al sitio de San Esteban de Gormaz consiguiendo levantar el asedio. Con la misma intención y con las tropas castellanas de Fernán González acuden a Osma, derrotando al ejercito de Abderramán.
al año siguiente en el 934 vuelven las tropas moras al mismo territorio, pero Ramiro II elude la batalla y se encierra en los muros de Osma. 
El ejercito de Abderramán devasta Castilla, entra en Burgos y en San Pedro de Cardeña, pasa a cuchillo a los monjes. El ejercito marcha sobre Navarra con el propósito de someter al reino y hacerle vasallo. A la vuelta el ejercito leones y castellano le salen al paso y los derrotan en las puertas de Osma.
En los años sucesivos hay un periodo de calma interrumpido por las incursiones de castigo.
En el año 937 el gobernador de Zaragoza se declara vasallo del leones y le pide tropas. Por la proximidad Navarra envía a sus soldados.
Abderraman responde enviando tropas a Navarra, ya que este reino era su vasallo, atacando al mismo tiempo a todas las fortalezas zaragozanas y ajusticiando a todo defensor cristiano y Zaragoza vuelve al poder de Abderramán.
En el año 938, Abderraman III, ajusticia al hermano del rey moro de Santarem, en Portugal, y éste cede todas las fortalezas al rey de León.
La respuesta no se hace de rogar y al año siguiente, Abderramán, comienza una gran ofensiva. Salen de Toledo, atraviesan Guadarrama, llegando a Olmedo, arrasando diferentes poblaciones, llegando en julio a Simancas, donde les espera la coalición cristiana y su aliado el emir de de Santarem. El ejercito musulmán es superior en número. La caballería cristiana es superior. La lucha fue encarnizada y duró tres días. Abderramán salió herido y abandonó grandes riquezas. En retirada hacia Córdoba arrasan diferentes ciudades cristianas, Roa, Rubiales. El ejercito moro marcha a castigar a los colonos cristianos de Segovia, que rivalizaban con los musulmanes de Guadalajara. Cumplida su misión marcha hacia Atienza. Los cristianos conocedores del terreno, emboscan a los sarracenos. El ejercito de Abderramán III huye sin concierto. Los cristianos atacan a las huestes en retirada, muriendo el general Nadja junto con los emires de Valencia  y Mérida. Abderramán III, en su huida deja valiosos tesoros, una coraza y cota de malla de oro y un Corán que siempre llevaba consigo. La contienda pasa a la historia como la batalla de Alhándega. La zona libre de los peligros de los árabes es repoblada hacia el sur por Ramiro II. Por el oeste el obispo de Oveco repuebla Salamanca, Peñaranda de Bracamonte, Ledesma y Vitigudino. El conde castellano Asur Fernández repuebla Peñafiel y Cuéllar, y le otorga el título de Conde de Monzón. Fernán González, el otro conde castellano,  se siente agraviado ya que tal condado tapona su expansión hacia el sur.
Estas discusiones entre los territorios cristianos debilitan al reino de León, lo que es aprovechado por el Califato para realizar razzias de castigo sobre el territorio leones.
Tras la muerte de su heredero y las luchas contra los condes castellanos obliga a firmar la paz con Abderraman, y éste se compromete a no atacar el territorio cristiano, a cambio Ramiro deja en libertad a Muhammad ben Hashin que había sido capturado en la batalla de Simancas.
La paz dura poco tiempo ya que el rey navarro García ataca las fortificaciones musulmanas de la zona de Huesca.
Ramiro decide ayudar a su cuñado, el rey navarro García y envía un ejercito al mando de Fernán González, pero las tropas cristianas son derrotadas en Tudela. Cinco meses más tarde, las tropas del Califato emprenden una razzia contra el Condado de Castilla por su participación en Tudela.
Para incrementar las relaciones con los reinos cristianos peninsulares, en el 943 casa a su hija Teresa con Gacía Sanchez I rey de Pamplona. 
Los condes castellanos, Fernán González y el Conde de Saldaña se declaran en rebeldía por lo que son encarcelados por el leonés. La Crónica Najerense lo narra de la siguiente forma:
"Fernán González y Diego Muñoz se levantaron en rebeldía contra el rey don Ramiro, y además le prepararon una guerra. Pero el rey, como era prudente y poderoso, los capturó, y a uno en León y al otro en Gordón los encerró en la cárcel encadenados. Pasado mucho tiempo, dándole al rey juramento y todo lo que tenían salieron de prisión. Entonces Ordoño, el hijo del rey Ramiro, obtuvo en matrimonio a la hija de Fernán González, de nombre Urraca."
Hacia el año 945, Ramiro libera a los condes castellanos, haciéndoles jurar fidelidad a cambio de recobrar sus antiguas posesiones. El pacto se sella con las bodas de el hijo de Ramiro II, el futuro Ordoño III, con la hija de Fernán González, Urraca Fernández.
Sucedieron años de tranquilidad y de paz, interrumpidos por razzias en cualquiera de los reinos.
En el 948 los nobles gallegos se revelan, la revuelta es sofocada inmediatamente, pero los musulmanes aprovechan el momento y una razzia llega hasta Ortigueira.
En el 950 parte a su última aventura, se interna en tierras musulmanas, sitia Talavera y da muerte a 12.000 enemigos y encadena a 7000 cautivos regresando a León.
La respuesta no se hace esperar y Abderramán en una razzia ataca y asola Salamanca.
Ramiro II aquejado de una enfermedad renuncia al trono y se hace cargo de este su hijo Ordoño III, poco después muere Ramiro II.

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